Enrique Castellón Vargas, "El príncipe gitano", un tipo cuya fama a día de hoy se debe, mayormente para las nuevas generaciones, a bizarras versiones de hits anglosajones ("In the Ghetto", "Delilah" , "Obladí obladá", etc), y ser fijo en recopilaciones varias, de esas que al abrigo de la red surgen como setas; graciosas si son esas canciones, pero si vamos mas allá de la anécdota, es justo y necesario, reconocer que este hombre tiene talento para regalar, en su discografía ha tocado todos los palos, casi siempre canción española y flamenco, teniendo ese duende desgarrador, que junto al mítico Bambino, le hacen ser admirado y cuasi venerado por roqueros, melómanos y todo tipo de desacomplejados (especialmente a los viajados y baqueteados; a mas pliegues vitales, mayor atractivo de tan potentes canciones, especialmente y pese a su declive, las de su última etapa), por muy cerrados y obtusos que sean en cuanto a juzgar este tipo de música como cutre y trasnochada (prejuicios que la edad y experiencia vital, afortunadamente te permiten alejar, y tras escuchar atentamente sus letras, disfrutarlas en lo que valen).Su hermana, Dolores Vargas "La terremoto", no la tengo muy controlada, pero lo poco o mucho que me ha llegado de ella, siempre ha venido envuelto en respeto, y adjetivos elogiosos.
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